"Cuento Inesperado" [Songfic-One shot]

Disclaimer: los personajes acá mencionados pertenecen a Stephenie Meyer, quien al final se olvidó de algunos personajes. Pagará por ello.

Género: Hurt/Comfort ("Herir y Confortar". Se refiere a los fics que giran en torno a dolor de un personaje y al consuelo que le es brindado)

Para quienes no saben lo que es un songfic, explico: Es un fan fiction estrechamente relacionado con una canción porque las acciones de la historia se basan en la letra de esta.
Canción: La visita – La Oreja de Van Gogh

Espero que lo disfruten.

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Cuento Inesperado


Sentía mil agujas clavándose en su piel, en los músculos y calándole los huesos. Con dificultad, llevó una mano a su pecho; el corazón le dolía como nunca antes. Apenas veía entre las lágrimas de sus ojos pero no estaba sola, él la sostenía contra su pecho en un vano intento por detener lo inevitable.

♪ Puede ser que el viaje no esté mal
Que un ángel celestial me invite a cenar
Puede ser que no haya más allá
Que el cuento acabe mal
Y no vuelva a empezar ♪

Al comienzo, su vida no fue precisamente un cuento de hadas; se parecía más bien a una leyenda de terror. Una maldición.
Pensando un poco, recordó que este dolor ya lo había sentido antes, en las primeras veces en que se transformó en lobo, cuando su cuerpo era obligado a adoptar otra forma, una indeseada. Un cambio que no ocurriría jamás.

♪ Hoy ha venido a verme
Una mujer alta y sonriente
Me ha dicho
Coge mi mano fuerte y sígueme ♪

Intentó acomodarse más cerca de su pecho, de su corazón que aunque no lo escuchara ni sintiera latir sabía que estaba ahí. ¿Cuántas veces fue él quien se recostó a su pecho? Disfrutaba escuchar los fuertes latidos de su corazón, mientras le juraba que él solo con ella se sentía vivo.

Ahora era Leah quien necesitaba la vida, la misma que huía de su cuerpo a causa del nuevo amor que justo llegaba al mundo. Sintiendo unos helados labios acariciando su frente al tiempo que retiraban de entre sus brazos una pequeña calidez, recordó la primera ocasión en que se sintió de verdad feliz.

Las olas golpeaban con fuerza la roca que le servía de asiento; los delicados dedos que tejían lentamente un atrapasueños se detuvieron cuando pensó con odio la forma en que la trataban los demás lobos, por ser chica y porque era la única que no se había imprimado. Pero es que luego de Sam decidió no amar a nadie; de por sí ¿quién se interesaría en un fenómeno mitológico como ella?

Otra razón por la que no soportaba esos sueños que aunque no eran pesadillas, la amargaban más. El hombre a quien amaba sujetaba su mano y le susurraba al oído palabras de amor haciéndola sonrojarse mientras un pequeño niño corría delante de ellos. Sus facciones eran la mezcla perfecta entre su padre vampiro y su madre licántropa, infinitamente hermoso.

El atrapasueños resbaló de sus manos, cayendo a la parte más baja de la roca, dejó a su cuerpo acomodarse de cualquier manera sobre la brusca piedra; no había forma de aliviar el dolor. Sabía lo imposible de que él la amara, tenía a su compañera incluso, y respecto al bebé… No. No podía permitirse la esperanza; ella estaba seca, no podía darle hijos a nadie, su cuerpo no funcionaba correctamente. No servía para nada más que para robar oxígeno a este planeta. O eso creía.

Algo duro y helado se posó en su hombro, sobresaltándola. Cuando volteó estuvo realmente a punto de sufrir un infarto. El más hermoso e imposible de los príncipes se sentaba a su lado, mirándola con preocupación y… amor. Sintió su pulgar recorrer desde el borde del ojo hasta llegar a los labios, donde se detuvieron; gesto suficiente para dejarla sin aire y vaciar su mente. Sin esperarlo si quiera, recibió su beso. Las olas, la arena y el mar, se convirtieron en su lugar favorito desde entonces, cuando acabó el sufrimiento e inició el cuento.

Varios años después, un nuevo beso tuvo lugar en la misma playa de la Push, el día de su boda, el segundo más feliz de su vida.

♪ Puede ser que el cielo tenga mar
Que sea un buen lugar
Para verte llegar.
También puede ser
Que no te vuelva a ver
Que tenga que sufrir mi destierro sin ti ♪

Ya no podría caminar con él por la arena ni por el bosque, esta era la última vez que sujetaba su mano y miraba sus hermosas pupilas de oro líquido… quería desaparecer todas las arrugas de miedo que marcaban su rostro.

-No fue tu culpa –logró susurrar Leah.

Jasper la apretó más contra él y continuó sollozando, en un murmullo más bajo que el del viento le pedía que no lo dejara, ella era su corazón y su alma, la necesitaba. Sabía que su esposa moriría tarde o temprano, lo supo en cuanto renunció a sus transformaciones, aunque reconocía que lo agradeció mucho cuando Leah quedó embarazada.

El mayor deseo de ella se hizo realidad; no le importaba renunciar a una inmortalidad que nunca buscó si con ello podía tener un hijo del amor de su vida. Todos los meses de espera fueron maravillosos para ambos, procurando disfrutarlos al máximo, sintiendo los movimientos del pequeño, los cambios en su cuerpo y la felicidad que les provocaba tener una familia.

Pero los sabios dicen que lo que mal empieza, mal termina.

♪ Hoy ha venido a verme
Una mujer alta y sonriente
Me ha dicho
Coge mi mano fuerte y sígueme ♪

Su bebé acababa de nacer y lo primero que hizo Carlisle, como su doctor, fue ponerle entre los brazos de Leah sin imaginar que el instinto tuviera un precio tan caro a pagar.

Cuando miraba al hermoso varoncito idéntico al de los sueños que tuvo casi un siglo atrás, los dientes de su hijo traspasaron su piel, buscando alimento. El fuego inundó sus venas poco a poco y supo que éstos serían sus últimos recuerdos.

¿Por qué justo cuando conocía la felicidad absoluta?

Quería llevarse al menos los mejores recuerdos, pero la angustia del resto de su familia, el llanto de su hijo y la expresión de Jasper se lo impedían. Estaba muy angustiada de verlos sufrir, no deseaba eso, Leah deseaba hacerlos tan felices como ellos lo hicieron con ella. Sólo partiría tranquila si lograba eso.

Haciendo un último esfuerzo, sus labios le pidieron a su esposo cuidar de su hijo y juraron amor eterno. Sentía que él moría con ella… La sola idea era insoportable, era imposible de evitar también.

♪ Vino vestida de blanco
Se sentó a mi lado y me hizo sonreír
Mientras aún tirabas tú de mí
Y antes de su beso eterno
Le pedí un deseo que pude cumplir ♪

Era lo único que le quedaba por hacer.

♪ Deshojar la luna para mi
Y en el pétalo de la esperanza
Pude ver tu nombre y el de otra mujer ♪

Habían pasado nueve décadas desde que Jasper y Leah aceptaron su amor; desde que él se separó de Alice. Pasó todos esos años fingiendo que lo veía solo como su hermano, ahora la Muerte le había mostrado la realidad.

Aún con todo, Alice seguía amándolo y con el tiempo volvería a hacerlo feliz, cuidaría de su bebé como si fuera propio, le hablaría de ella. Continuaría el maravilloso cuento en que se había convertido la vida de ambos, retomaría lo que Leah sentía como su misión.

♪ Suspiré tranquila, serás feliz otra vez
Suelta ya mi mano, suelta ya mi mano
Suelta ya mi mano, estaré bien ♪

Ella ya había terminado todo lo que podía y debía hacer, fue feliz también. Sabiendo esto, no fue tan duro tomar la mano de la Muerte y aceptar la partida.

Sonrió; donde fuera que pasara la eternidad, quizá podría cuidar de ellos.



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¿Cómo pude matar a Leah, por todos los cielos? ToT ¡Si yo la amo! Pero bue... me salió un drama, para variar; al menos al final pudo ser feliz. ¿Qué tal? ^^

Oh qué bonito y qué bien escrito está Dianaa!
Pero he de decirte que te odio un poquito por haber matado a mi querida Leah

*Acaba de leer*
...
¿QUÉ?
Mataste a Leah T_T
Eso si, la pareja Jasper/Leah es simplemente genial (OMFG) y la historia preciosa

OMG! simplemente buenisimo en serio me encanto y digo lo mismo que alba, la pareja Leah/Jasper es genial xD
Y si lo lees mientras escuchas la cancion xD queda muy bien lo que pasa... que a mi no me dio tiempo a acabarlo antes de que acabara la cancion... pero bueno eso es otra cosa xDDDD
(sobre lo de matar a Leah, no pasa nada.. ya la resucitaras algun dia xDDD)