- Cinco almas, cinco ángeles.
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Re: - Cinco almas, cinco ángeles.
jajajaajaaj buena deducción
mañana se descubrirá lo que había dentro de los cajones! XD
mañana se descubrirá lo que había dentro de los cajones! XD
myhappyending- Neófito
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Fecha de inscripción : 09/01/2010
Re: - Cinco almas, cinco ángeles.
Capítulo 2: Su piel.
- Apartado: Atardecer.
Me asomé sigilosamente, que podrá ser?... Claro que...para conseguir ver los cajones me tuve que subir a la silla. Apoyé mis manos al ras de la encimera, y dejé que mis ojos se colaran. Los abrí fuerte, tres ardillas estaban en mi despensa, comiendose mi comida. Tardaron una fracción de segundo en verme y yo menos en cogerlas a las tres.
-Os pillé!- Exclamé. No tenía miedo de ser mordida por ellas. Asi que las bajé en mis manos, y las posé en la cristalera dónde guardaba el pan, claramente quité el pan antes. Revoloteadas empujaron la cristalera a golpes, pero no la derribaron, era mas pesada que las tres ardilas juntas.
-Quieren ser libres...
-Qué sabrás...- le repliqué
-Puedo entenderlas, soy tan animal como ellas- Me asombré, no sabía la faceta esa...ni tan siquiera me paré a pensarla, Glace era animal y podía comunicarse con los de su especie.
-Dilas que si se tranquilizan las dejaré libres, hasta entonces son prisioneras.
-Jajaja que bién te queda el papel de carcelera...
-Gracias- LE miré con desdén, no pensaba dejar libres a esas ardillas, me habían robado. Lo pagarán caro, pensé. Después me arrepentí...
-Dilas que pidan perdón, que se disculpen
-Lo estan haciendo...llevan haciendolo desde que las agarraste.
Cogí a las tres ardillas de la manera mas fácil posible, se dejaron coger, gracias a Glace y su maravilloso Don de la palabra. Le dije a Glace que las invitaria a comer una bolsa de las que estaban tiradas en el suelo, para que las mantuviera ocupadas un par de horas. Mientras tanto salí por la puerta trasera, con unas herramientas. Visualicé el jardín, realmente precioso. Elegí el árbol mas hermoso para las pequeñas. Y empecé a cavar un pequeño agujero, para que vivieran allí sin problemas. No sé de dónde había salido esa genorosidad por mi parte de hacerlas una casa...pero me sentía orgullosa de tomar la iniciativa. Tardé dos horas, hice una de mis obras maestras, esculpí una casa en el tronco, con puertas y ventanas. Aunque sin tejado. Las ventanas me costaron lo suyo...pero quedaron magnificas, y las visagras de la puerta también me costó encontrarlas, para ello tuve que desmontar un pequeño parque de atracciones de juguete. Orgullosa de mi trabajo, sostuve mis manos en la cadera, con una sonrisa. Y me dirigí hacia la casa.
-GLAAAAAAAAAAACE y compañía venid- Les insté, me moría de ganas por que lo vieran.
Les indiqué con un dedo el árbol, y todos, incluso las ardillas abrieron la boca formando una "O", además perfecta.
-¿Lo acabas de hacer?
-Ajá- Dije mientras asentía y a la vez me agachaba para abrirlas la puerta a las ardillas. Estás corretearon alegres, tras ver su nuevo hogar. Ahora que lo pienso, desde que Glace estaba conmigo la conducta con los animales era mejor, me encantaban. LAs dejé unas avellanas peladas en un rincón de la "Squirrel house". Éste nombre le escribí encima de la puerta. Tras despedirme de las ardillas ladronas, me pasé la mano por la frente, ya eran las 6 según el sol, y yo quería ver la puesta.
-¿Te apetece ver la puesta del sol?
-Me encantaría
Con una sonrisa nos dirijimos a un árbol, un poco alejado de la casa, ya que tardamos 15 minutos en llegar a él, pero...lo que vimos era impresionante, las montañas aún no abrigadas por la nieve, mostraban sus verdes bosques, y el cielo se cubría de colores cálidos, asombrosos. Desgraciadamente no todos los humanos podemos sentir esta sensación, de apreciar lo que tenemos...en fín. El bosque era precioso, sonrei de la felicidad que me causaba el lugar. El aire me llenaba los pulmones, eso si que era aire, no como en la ciudad. Todo estaba en silencio y solo se oían nuestras pisadas, las de Glace y yo.
-Janet, siempre estaré a tu lado...- No comprendí porqué lo dijo en ese momento, solo nos conociamos de tres días, pero...tenía razón, el nunca se separaría de mí, ni yo de él. Ya formaba parte de mi ser, eramos como una misma persona, a pesar de los días que habían pasado desde nuestro primer encuentro.
-Glace, yo también lo estaré- Le sonreí y seguidamente me arrodillé, le cogí con los brazos y le estruje un rato. ERa tan lindo...encima con esa "vocecilla" que tenía...dulce, cómo un golosina... Suspiré. Me di cuenta tarde...de que no estaba mirando por dónde iva, asi que me tropecé contra un árbol. Me quejé y noté como Glace se ponía en mi nuca.
-Mira...- me dijo, miré de frente...y no pude apartar la vista...[...]
- Apartado: Atardecer.
Me asomé sigilosamente, que podrá ser?... Claro que...para conseguir ver los cajones me tuve que subir a la silla. Apoyé mis manos al ras de la encimera, y dejé que mis ojos se colaran. Los abrí fuerte, tres ardillas estaban en mi despensa, comiendose mi comida. Tardaron una fracción de segundo en verme y yo menos en cogerlas a las tres.
-Os pillé!- Exclamé. No tenía miedo de ser mordida por ellas. Asi que las bajé en mis manos, y las posé en la cristalera dónde guardaba el pan, claramente quité el pan antes. Revoloteadas empujaron la cristalera a golpes, pero no la derribaron, era mas pesada que las tres ardilas juntas.
-Quieren ser libres...
-Qué sabrás...- le repliqué
-Puedo entenderlas, soy tan animal como ellas- Me asombré, no sabía la faceta esa...ni tan siquiera me paré a pensarla, Glace era animal y podía comunicarse con los de su especie.
-Dilas que si se tranquilizan las dejaré libres, hasta entonces son prisioneras.
-Jajaja que bién te queda el papel de carcelera...
-Gracias- LE miré con desdén, no pensaba dejar libres a esas ardillas, me habían robado. Lo pagarán caro, pensé. Después me arrepentí...
-Dilas que pidan perdón, que se disculpen
-Lo estan haciendo...llevan haciendolo desde que las agarraste.
Cogí a las tres ardillas de la manera mas fácil posible, se dejaron coger, gracias a Glace y su maravilloso Don de la palabra. Le dije a Glace que las invitaria a comer una bolsa de las que estaban tiradas en el suelo, para que las mantuviera ocupadas un par de horas. Mientras tanto salí por la puerta trasera, con unas herramientas. Visualicé el jardín, realmente precioso. Elegí el árbol mas hermoso para las pequeñas. Y empecé a cavar un pequeño agujero, para que vivieran allí sin problemas. No sé de dónde había salido esa genorosidad por mi parte de hacerlas una casa...pero me sentía orgullosa de tomar la iniciativa. Tardé dos horas, hice una de mis obras maestras, esculpí una casa en el tronco, con puertas y ventanas. Aunque sin tejado. Las ventanas me costaron lo suyo...pero quedaron magnificas, y las visagras de la puerta también me costó encontrarlas, para ello tuve que desmontar un pequeño parque de atracciones de juguete. Orgullosa de mi trabajo, sostuve mis manos en la cadera, con una sonrisa. Y me dirigí hacia la casa.
-GLAAAAAAAAAAACE y compañía venid- Les insté, me moría de ganas por que lo vieran.
Les indiqué con un dedo el árbol, y todos, incluso las ardillas abrieron la boca formando una "O", además perfecta.
-¿Lo acabas de hacer?
-Ajá- Dije mientras asentía y a la vez me agachaba para abrirlas la puerta a las ardillas. Estás corretearon alegres, tras ver su nuevo hogar. Ahora que lo pienso, desde que Glace estaba conmigo la conducta con los animales era mejor, me encantaban. LAs dejé unas avellanas peladas en un rincón de la "Squirrel house". Éste nombre le escribí encima de la puerta. Tras despedirme de las ardillas ladronas, me pasé la mano por la frente, ya eran las 6 según el sol, y yo quería ver la puesta.
-¿Te apetece ver la puesta del sol?
-Me encantaría
Con una sonrisa nos dirijimos a un árbol, un poco alejado de la casa, ya que tardamos 15 minutos en llegar a él, pero...lo que vimos era impresionante, las montañas aún no abrigadas por la nieve, mostraban sus verdes bosques, y el cielo se cubría de colores cálidos, asombrosos. Desgraciadamente no todos los humanos podemos sentir esta sensación, de apreciar lo que tenemos...en fín. El bosque era precioso, sonrei de la felicidad que me causaba el lugar. El aire me llenaba los pulmones, eso si que era aire, no como en la ciudad. Todo estaba en silencio y solo se oían nuestras pisadas, las de Glace y yo.
-Janet, siempre estaré a tu lado...- No comprendí porqué lo dijo en ese momento, solo nos conociamos de tres días, pero...tenía razón, el nunca se separaría de mí, ni yo de él. Ya formaba parte de mi ser, eramos como una misma persona, a pesar de los días que habían pasado desde nuestro primer encuentro.
-Glace, yo también lo estaré- Le sonreí y seguidamente me arrodillé, le cogí con los brazos y le estruje un rato. ERa tan lindo...encima con esa "vocecilla" que tenía...dulce, cómo un golosina... Suspiré. Me di cuenta tarde...de que no estaba mirando por dónde iva, asi que me tropecé contra un árbol. Me quejé y noté como Glace se ponía en mi nuca.
-Mira...- me dijo, miré de frente...y no pude apartar la vista...[...]
myhappyending- Neófito
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Fecha de inscripción : 09/01/2010
Re: - Cinco almas, cinco ángeles.
Bueno, iré subiendo los capítulos de poco en poco
para que no os aburrais de ellos...
Un saludito
para que no os aburrais de ellos...
Un saludito
myhappyending- Neófito
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Fecha de inscripción : 09/01/2010
Re: - Cinco almas, cinco ángeles.
Ardillas LOL pero what? xDDDDD
En fin, qeu gran parana.
¿Que vio Janet?
En fin, qeu gran parana.
¿Que vio Janet?
Re: - Cinco almas, cinco ángeles.
que veria??? si que veria???
lo de la casita para ardillas fue muy bueno xDD
con ventanas y todo
lo de la casita para ardillas fue muy bueno xDD
con ventanas y todo
Bea_J- Vampiro padawan
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Edad : 30
Localización : En el paraiso comiendome un melocotón
myhappyending- Neófito
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Re: - Cinco almas, cinco ángeles.
La cuestión es...¿quién sería el ignorante que osara apartar la vista?. Desde el nivel del suelo se daba a conocer un lago.
-Es precioso...- Susurré fascinada, y sin apartar la vista. Glace se guardó las palabras, solamente sonrió. Complacido por la vista. Le aparté cuidadosamente, con mis ojos clavados en el lago. Me sentía atraida por el agua de el mismo. En trance, caminé hacia la orilla, para que desaparecieran las ramas que me nublaban el paisaje, me detuve en seco. Mi boca se abrío, y mis ojos junto a ella. No había palabras para describirlo, no las había. Algunas solo se acercarían un poco a la descripción, sin embargo mis ojos sabían cual era con solo mirar.
-Me suponía que entrarias en trance...era de esperar. Aquí tienes una obra de la naturaleza que tanto detestas, o detestabas.- Tenía razón, siempre he odiado la naturaleza. Tampoco se disfruta en un orfanato, los muros no te dejan ver. Además siempre me quedaba en la biblioteca, leyendo alguna obra, que me llevaría a el paraíso del libro, dejandome degustar la historia cómo protagonista. Los libros eran increíbles, cuándo me sentía sola me arropaban, y cuándo la tristeza me hundía me rescataban. Y un libro mas éste paisaje...sería un sueño. Pero para ello, necesitaría un libro, cosa que no tengo.
-Glace, conoces alguna librería?- Dije todavía en trance, se me caía la baba solo de pensar en lo que sería leer un libro en aquel lugar.
-Ummm, no. Pero la podemos buscar, porqué lo dices?
-Me encantaría leer aquí
-Cada vez te pareces mas a Delia...- Dijo con anhelo
-Fué ella la que me enseñó a querer lo despreciado- Es cierto, Delia siempre me enseñó a querer a todo, ya fueran objetos inanimados o personas. Me enseñó a leer, y amar la lectura, aunque solo lo hice para escuchar su voz mientras leía. Y me enseñó a querer a las personas cuándo cogimos a un niño que se desangraba, tras una paliza por compañeros de su clase, abusones. Aih...la echaba tanto en falta...
Me descalzé y metí los pies en el lago, el agua estaba helada, pero no tenía frío. De repente se oyeron unos chidillos, que consiguieron sacarme del trance que sufría dulcemente.
-¿Qué ha sido eso?- Le dije a Glace, solo se dignó a escuchar durante unos instantes. No me dirijió la palabra, pero lo entendí. Sus agudos oídos le permitian saber de dónde procedían los chillidos. Agudicé la vista...
-Es precioso...- Susurré fascinada, y sin apartar la vista. Glace se guardó las palabras, solamente sonrió. Complacido por la vista. Le aparté cuidadosamente, con mis ojos clavados en el lago. Me sentía atraida por el agua de el mismo. En trance, caminé hacia la orilla, para que desaparecieran las ramas que me nublaban el paisaje, me detuve en seco. Mi boca se abrío, y mis ojos junto a ella. No había palabras para describirlo, no las había. Algunas solo se acercarían un poco a la descripción, sin embargo mis ojos sabían cual era con solo mirar.
-Me suponía que entrarias en trance...era de esperar. Aquí tienes una obra de la naturaleza que tanto detestas, o detestabas.- Tenía razón, siempre he odiado la naturaleza. Tampoco se disfruta en un orfanato, los muros no te dejan ver. Además siempre me quedaba en la biblioteca, leyendo alguna obra, que me llevaría a el paraíso del libro, dejandome degustar la historia cómo protagonista. Los libros eran increíbles, cuándo me sentía sola me arropaban, y cuándo la tristeza me hundía me rescataban. Y un libro mas éste paisaje...sería un sueño. Pero para ello, necesitaría un libro, cosa que no tengo.
-Glace, conoces alguna librería?- Dije todavía en trance, se me caía la baba solo de pensar en lo que sería leer un libro en aquel lugar.
-Ummm, no. Pero la podemos buscar, porqué lo dices?
-Me encantaría leer aquí
-Cada vez te pareces mas a Delia...- Dijo con anhelo
-Fué ella la que me enseñó a querer lo despreciado- Es cierto, Delia siempre me enseñó a querer a todo, ya fueran objetos inanimados o personas. Me enseñó a leer, y amar la lectura, aunque solo lo hice para escuchar su voz mientras leía. Y me enseñó a querer a las personas cuándo cogimos a un niño que se desangraba, tras una paliza por compañeros de su clase, abusones. Aih...la echaba tanto en falta...
Me descalzé y metí los pies en el lago, el agua estaba helada, pero no tenía frío. De repente se oyeron unos chidillos, que consiguieron sacarme del trance que sufría dulcemente.
-¿Qué ha sido eso?- Le dije a Glace, solo se dignó a escuchar durante unos instantes. No me dirijió la palabra, pero lo entendí. Sus agudos oídos le permitian saber de dónde procedían los chillidos. Agudicé la vista...
myhappyending- Neófito
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Fecha de inscripción : 09/01/2010
Re: - Cinco almas, cinco ángeles.
-GLACE! Ves aquellas sombras?- Rapidamente cambió el sentido de sus ojos, mirando a la orilla del lago, tardaríamos pocos minutos en llegar allá.
-Corre- Le insté, me puse los zapatos tan rápido como pude, y salimos corriendo hacia las sombras. Glace era veloz, en cambio yo no tanto...agilicé mis pasos y me puse a su altura, esquivando todo tipo de obstáculos. Las sombras estaban a menos de un metro, y se asustaron al ver nuestra llegada, por lo tanto salieron corriendo. Yo me quedé quieta, intentando respirar. Mis pulmones no querian, estaban demasiado exaustos. Cuándo jadeé mas tranquila, oí su voz. No sabía de dónde pero la oí...ni tan siquiera supe de quién era...
Miré al lago, y agudicé la vista. Me pareció ver algo, pero no estuve segura. Tras detenerme un instante vi su mano, una mano saliendo del agua, pidienso auxilio. Acción, reacción. Lo ví y me despojé de la sudadera tan rápido como me lo permitian mis nerviosas manos. Y me zambullí en el inmenso lago...cuándo mi piel rozó el agua volví a tener esa sensación, el agua me poseia, me dejaba llevar...volví a la superficie para respirar, aunque podía aguantar mucho más. Lo hice para buscar el sitio exacto en el que la víctima de aquellos chavales se encontraba. La divisé estaba a segundos de mi. Buceé hasta dónde se encontraba, pero ya no estaba...se había hundido. "Maldita sea" exclamé, cogí todo el oxígeno posible, y me sumergí lo mas veloz que pude. No se veía nada, y la profundidad del lago era abismal. Había bajado muchisimo y sentía un leve mareo, que pronto iría a más. Aún, con ese tremendo peligro por delante buceé mas y más. No la encontraba...dónde estará...mi desesperación me agobiaba. Era insoportable. De pronto rocé su mano, y tiré de ella, con las escasas fuerzas que me quedaban. Me esforcé para llegar a la superficie, pero era tarde. No tenía oxígeno, y mi sangre dejaba de correr por mis venas. Aguanté, por ella, por su vida y por la mía. Y logré salir a la superficie, cogí el aire, como si se fuera a agotar. Al instante cogí a la chica y la puse en mi espalda (era una chica, la había visto la cara). Al posarla en mi espalda, hacia un efecto de tabla de surf, para ello debía estar rígida, y nadar con rapidez. Llegué a la orilla en menos de 1 minuto, ya que era inigualable en velocidad a la hora de nadar. Noté un cosquilleo distante en los pies, pero lo ignoré y salí con ella entre mis brazos. La posé en el suelo, y enredé mis dedos en su muñeca, para notar el pulso...si esque había claro está. Había...pero era muy débil...tan débil como los últimos segundos de una vida. Puse mis manos en su corazón, formando una cruz, y le ayudé a bombear. Se resistía a mis esfuerzos, pero no me iba a dejar ganar tan facilmente, asi que seguí intentandolo. No me detuve, pero me eché a llorar...lo veía tan imposible... esa impotencia me sacó las lágrimas que tanto detestaba. Pero pronto llegó a mi la esperanza, cuándo la muñequita del suelo empezó a respirar. Mas bién a toser. Me quité las lágrimas de los ojos, esbozando una sonrisa. Aunque estaba tan cansada que no pudo abrir los ojos.
-Ya has sufrido mucho por hoy, descansa...- La susurré, quizá me hubiera oido o quizá no. Miré al mar, con la intriga de "qué me había echo cosquillas en los pies?" desvié la vista. La cogí en brazos, y me prometí a mi misma llevarla a casa sin descanso. Aunque los brazos quisieran derrumbarse ante mí.
-Glace...cuidaremos de ella...hasta que se recupere
-Delia...- Solo dijo eso, me resultó extraño, no tenía mucho sentido la verdad. Cavilé buscando un razonamiento a su respuesta, quizá vivió algo parecido junto a Delia, algún recuerdo del pasado, que no tardaría mucho en preguntarle... suspiré al aire, aún quedaban 25 minutos para llegar a casa, y a este ritmo la noche caería a nuestro pies. De echó calló, a los 10 minutos, ya eran las 8 y en Canadá la noche era lenta, pero oscura. A mitad de camino encontramos lo jamás esperado, un arbusto se movia, como en las películas de terror. Posé a la chica en el suelo, preparando mis puños, por si acaso, Glace al igual que yo también estaba a la defensiva. Tras el árbol calló una figura humana, amordazada de pies y manos, y de boca...Me arrodillé y la deshice de todo lo que impedía mover sus pies.
-Corre- Le insté, me puse los zapatos tan rápido como pude, y salimos corriendo hacia las sombras. Glace era veloz, en cambio yo no tanto...agilicé mis pasos y me puse a su altura, esquivando todo tipo de obstáculos. Las sombras estaban a menos de un metro, y se asustaron al ver nuestra llegada, por lo tanto salieron corriendo. Yo me quedé quieta, intentando respirar. Mis pulmones no querian, estaban demasiado exaustos. Cuándo jadeé mas tranquila, oí su voz. No sabía de dónde pero la oí...ni tan siquiera supe de quién era...
Miré al lago, y agudicé la vista. Me pareció ver algo, pero no estuve segura. Tras detenerme un instante vi su mano, una mano saliendo del agua, pidienso auxilio. Acción, reacción. Lo ví y me despojé de la sudadera tan rápido como me lo permitian mis nerviosas manos. Y me zambullí en el inmenso lago...cuándo mi piel rozó el agua volví a tener esa sensación, el agua me poseia, me dejaba llevar...volví a la superficie para respirar, aunque podía aguantar mucho más. Lo hice para buscar el sitio exacto en el que la víctima de aquellos chavales se encontraba. La divisé estaba a segundos de mi. Buceé hasta dónde se encontraba, pero ya no estaba...se había hundido. "Maldita sea" exclamé, cogí todo el oxígeno posible, y me sumergí lo mas veloz que pude. No se veía nada, y la profundidad del lago era abismal. Había bajado muchisimo y sentía un leve mareo, que pronto iría a más. Aún, con ese tremendo peligro por delante buceé mas y más. No la encontraba...dónde estará...mi desesperación me agobiaba. Era insoportable. De pronto rocé su mano, y tiré de ella, con las escasas fuerzas que me quedaban. Me esforcé para llegar a la superficie, pero era tarde. No tenía oxígeno, y mi sangre dejaba de correr por mis venas. Aguanté, por ella, por su vida y por la mía. Y logré salir a la superficie, cogí el aire, como si se fuera a agotar. Al instante cogí a la chica y la puse en mi espalda (era una chica, la había visto la cara). Al posarla en mi espalda, hacia un efecto de tabla de surf, para ello debía estar rígida, y nadar con rapidez. Llegué a la orilla en menos de 1 minuto, ya que era inigualable en velocidad a la hora de nadar. Noté un cosquilleo distante en los pies, pero lo ignoré y salí con ella entre mis brazos. La posé en el suelo, y enredé mis dedos en su muñeca, para notar el pulso...si esque había claro está. Había...pero era muy débil...tan débil como los últimos segundos de una vida. Puse mis manos en su corazón, formando una cruz, y le ayudé a bombear. Se resistía a mis esfuerzos, pero no me iba a dejar ganar tan facilmente, asi que seguí intentandolo. No me detuve, pero me eché a llorar...lo veía tan imposible... esa impotencia me sacó las lágrimas que tanto detestaba. Pero pronto llegó a mi la esperanza, cuándo la muñequita del suelo empezó a respirar. Mas bién a toser. Me quité las lágrimas de los ojos, esbozando una sonrisa. Aunque estaba tan cansada que no pudo abrir los ojos.
-Ya has sufrido mucho por hoy, descansa...- La susurré, quizá me hubiera oido o quizá no. Miré al mar, con la intriga de "qué me había echo cosquillas en los pies?" desvié la vista. La cogí en brazos, y me prometí a mi misma llevarla a casa sin descanso. Aunque los brazos quisieran derrumbarse ante mí.
-Glace...cuidaremos de ella...hasta que se recupere
-Delia...- Solo dijo eso, me resultó extraño, no tenía mucho sentido la verdad. Cavilé buscando un razonamiento a su respuesta, quizá vivió algo parecido junto a Delia, algún recuerdo del pasado, que no tardaría mucho en preguntarle... suspiré al aire, aún quedaban 25 minutos para llegar a casa, y a este ritmo la noche caería a nuestro pies. De echó calló, a los 10 minutos, ya eran las 8 y en Canadá la noche era lenta, pero oscura. A mitad de camino encontramos lo jamás esperado, un arbusto se movia, como en las películas de terror. Posé a la chica en el suelo, preparando mis puños, por si acaso, Glace al igual que yo también estaba a la defensiva. Tras el árbol calló una figura humana, amordazada de pies y manos, y de boca...Me arrodillé y la deshice de todo lo que impedía mover sus pies.
myhappyending- Neófito
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Re: - Cinco almas, cinco ángeles.
¿Hola?
¿Pero que pasa en ese pueblo, chaval?
xDD
¿Quien será esa chica? ¿Y la persona del arbusto?
¿Pero que pasa en ese pueblo, chaval?
xDD
¿Quien será esa chica? ¿Y la persona del arbusto?
Re: - Cinco almas, cinco ángeles.
Me.. me estoy haciendo un lio... Que es que los problemas nacen de los arboles?? xDD Es que madre mia XD si que pasan cosas en ese pueblo...
Lo de Delia... sera por lo que le toco los pies??
Es que me hago un lio con Delia... Es su abuela, pero ella estaba en un orfanato, por que? no entiendo...
Y... Delia es anciana? o aparenta juventud pero en realidad tiene ese porron de años desde milochocientos y algo?
Lo de Delia... sera por lo que le toco los pies??
Es que me hago un lio con Delia... Es su abuela, pero ella estaba en un orfanato, por que? no entiendo...
Y... Delia es anciana? o aparenta juventud pero en realidad tiene ese porron de años desde milochocientos y algo?
Bea_J- Vampiro padawan
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Localización : En el paraiso comiendome un melocotón
Re: - Cinco almas, cinco ángeles.
Delia es su madre, pero Janet se pensaba que era su abuela, era un secreto que le ocultaba Delia... xD
y, aparenta tener pocos años, aunque en realidad tenga muchisimos más (500 o así).
Janet estaba en un Orfanato porque Delia no se podía hacer cargo
de ella... xD
myhappyending- Neófito
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Re: - Cinco almas, cinco ángeles.
Alaaaa!
Ahora lo veo todo mucho mas claro
Muchas gracias por aclararmelo
Ahora lo veo todo mucho mas claro
Muchas gracias por aclararmelo
Bea_J- Vampiro padawan
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Edad : 30
Localización : En el paraiso comiendome un melocotón
Re: - Cinco almas, cinco ángeles.
-Jajaja, te arrepentirás de lo que has hecho- Sonó una voz, esa voz que conocía yo también, era el mismo abusón que anteriormente pegó una paliza a Draco.
-Muéstrate, cobarde- Le insté, la adrenalina corría por mis venas, y la ira la acompañaba. No dejaré que ese estúpido haga daño a estas dos chicas. Sí, eran dos, la incosciente y la no incosciente, por así decirlo.
-Aquí me tienes, otra vez- Su voz picarona me hacia enfurecer por momentos, detestaba esa voz, esa maldita voz.
-Pero ahora estamos solos, tú y yo- Se acercó a mi, y me apretó otra vez el cuello contra un árbol. Pero esta vez no estuve quieta, le arreé una patada en la espinilla, y me soltó de golpe.
-Desearás no haber nacido- Antes de que acabara la oración, le propiné un puñetazo, a decir verdad, en combate era buena. Tenía una rapidez coordinada con el pensar dónde propinar un golpe. Ya que no pegaba sin control. Mientras mi víctima estaba en el suelo, al parecer incosciente, me volví a arrodillar a la pequeña figura amordazada...desgraciadamente me propinaron un golpe en la espalda, que me hizo caer de bruces contra el suelo. Me había dejado sin respiración. Después otro golpe en el hombro, y para rematarme se disponía a asestarme en la cabeza. Se sentó en mi regazo, aplastándome a su vez. Y posando el palo contra mi cuello.
-Quítate de ahí desgraciado- Dije sin respiración
-Qué lástima, pensaste que me ganarias?... JAJAJA te equivocaste pequeña...- Me acarició la mejilla, y sonrió de una manera desagradable para mis ojos.
-Perdiste las oportunidades de ser mía, aunque me encantas, tu forma de luchar, tu valentía, tu voz, tus rasgos...eres preciosa. Pero te has metido dónde nadie te ha llamado, dos veces. Dí adiós.
-No tan rápido- De entre los árboles sonó una voz, y se oyeron sus pasos aproximarse...
La voz que tanto me gustaba, que endulzaba los momentos mas dramáticos, cómo este.
-DRACO- Dije con una enorme sonrisa, aunque sin repiración. Mi agresor sin embargo apretó aún más el palo que me ahogaba el cuello. Esto lo hizo con una mueca de desprecio y odio. Me queje, la cabeza me latia con rapidez, y mi respiración se agotaba. Pero Draco no se quedó quieto; se abalanzó sobre la bestia, derribandola de un golpe. Aparté el palo y afixiada cogí aire, todo el aire posible. Miré a Draco, tenía al agresor de bruces en el suelo, sujetandolo de pies y manos. Sonreí, aunque no me entretuve demasiado, ya que la chica estaba amordazada aún. Brinqué hasta ella y cuándo comenzaba a desatarla las manos me aplastó un cuerpo, dejándome boca abajo, saboreando la tierra. Me sujetaba de las manos, intenté zafarme....pero fué inutil. Aunque yo tenía fuerza él me superaba.
-Draco, estate quieto, o la chica sufrirá por tí- Dicho esto me aferró con un brazo por el cuello, y me puso en pie. Pude mirar a Draco, tenía una mirada jamás vista...llena de odio...rencor...esa mirada se clavaba en los ojos del contrario, y si matara...ya estaría muerto.
-Muéstrate, cobarde- Le insté, la adrenalina corría por mis venas, y la ira la acompañaba. No dejaré que ese estúpido haga daño a estas dos chicas. Sí, eran dos, la incosciente y la no incosciente, por así decirlo.
-Aquí me tienes, otra vez- Su voz picarona me hacia enfurecer por momentos, detestaba esa voz, esa maldita voz.
-Pero ahora estamos solos, tú y yo- Se acercó a mi, y me apretó otra vez el cuello contra un árbol. Pero esta vez no estuve quieta, le arreé una patada en la espinilla, y me soltó de golpe.
-Desearás no haber nacido- Antes de que acabara la oración, le propiné un puñetazo, a decir verdad, en combate era buena. Tenía una rapidez coordinada con el pensar dónde propinar un golpe. Ya que no pegaba sin control. Mientras mi víctima estaba en el suelo, al parecer incosciente, me volví a arrodillar a la pequeña figura amordazada...desgraciadamente me propinaron un golpe en la espalda, que me hizo caer de bruces contra el suelo. Me había dejado sin respiración. Después otro golpe en el hombro, y para rematarme se disponía a asestarme en la cabeza. Se sentó en mi regazo, aplastándome a su vez. Y posando el palo contra mi cuello.
-Quítate de ahí desgraciado- Dije sin respiración
-Qué lástima, pensaste que me ganarias?... JAJAJA te equivocaste pequeña...- Me acarició la mejilla, y sonrió de una manera desagradable para mis ojos.
-Perdiste las oportunidades de ser mía, aunque me encantas, tu forma de luchar, tu valentía, tu voz, tus rasgos...eres preciosa. Pero te has metido dónde nadie te ha llamado, dos veces. Dí adiós.
-No tan rápido- De entre los árboles sonó una voz, y se oyeron sus pasos aproximarse...
La voz que tanto me gustaba, que endulzaba los momentos mas dramáticos, cómo este.
-DRACO- Dije con una enorme sonrisa, aunque sin repiración. Mi agresor sin embargo apretó aún más el palo que me ahogaba el cuello. Esto lo hizo con una mueca de desprecio y odio. Me queje, la cabeza me latia con rapidez, y mi respiración se agotaba. Pero Draco no se quedó quieto; se abalanzó sobre la bestia, derribandola de un golpe. Aparté el palo y afixiada cogí aire, todo el aire posible. Miré a Draco, tenía al agresor de bruces en el suelo, sujetandolo de pies y manos. Sonreí, aunque no me entretuve demasiado, ya que la chica estaba amordazada aún. Brinqué hasta ella y cuándo comenzaba a desatarla las manos me aplastó un cuerpo, dejándome boca abajo, saboreando la tierra. Me sujetaba de las manos, intenté zafarme....pero fué inutil. Aunque yo tenía fuerza él me superaba.
-Draco, estate quieto, o la chica sufrirá por tí- Dicho esto me aferró con un brazo por el cuello, y me puso en pie. Pude mirar a Draco, tenía una mirada jamás vista...llena de odio...rencor...esa mirada se clavaba en los ojos del contrario, y si matara...ya estaría muerto.
myhappyending- Neófito
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Re: - Cinco almas, cinco ángeles.
De nada (:
myhappyending- Neófito
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Re: - Cinco almas, cinco ángeles.
Ooooh! Draaco que chico tan oportuno XDD
y quien coño sera el toca narices que siempre lo esta jodiendo todo xDDD
Sera su padre? naaa... demasiado enrevesado todo :S...
Alguien a quien conozca???
ummmm... estoy impaciente por saber, y ademas como es que Glace
no esta??? me intriga ese bichito... XDDD a veces no me fio de él xD
y quien coño sera el toca narices que siempre lo esta jodiendo todo xDDD
Sera su padre? naaa... demasiado enrevesado todo :S...
Alguien a quien conozca???
ummmm... estoy impaciente por saber, y ademas como es que Glace
no esta??? me intriga ese bichito... XDDD a veces no me fio de él xD
Bea_J- Vampiro padawan
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Re: - Cinco almas, cinco ángeles.
-Suéltala...
-Marco sal del tronco, y sujeta a esta individua- El maldito bastardo tenía un amigo tras un árbol, le llamó y éste, obediente, me sujetó cómo anteriormente lo hizo él.
-No le hagas daño- Chillé con todas mis fuerzas, temía por su vida, ya que sus intenciones parecían ser capaces de acabar con su vida. Marco me tapaba la boca, para que no pudiera decir nada. Aún asi lo intenté...
-Aquí me tienes Derek...- Draco me miró, y sonrió. Ofreció su cuerpo a la tortura, de Derek...éste malicioso, sonrió mientras aferraba el palo entre sus manos. No me podía quedar quieta. Ahora no. Asestó su primer golpe contra el estómago de Draco, sentí el daño...el sufrimiento de él pasó a mi ser. Dos lágrimas se desbordaron, dejando paso a mis sentimientos. "Vamos Jane, piensa piensa..." me dije mientras usmeaba por el suelo en busca de algún artefacto arrojable. Bingo, una piedra a mis pies. Ahora solo quedaba zafarme de los brazos de Marco, coger la piedra con la mayor rapidez posible y lanzársela a Derek, apuntando bién, claro está. ¿Dónde está Glace?, me pregunté. Le pude divisar a lo lejos, ayudando a la chica que casi se ahoga. Levanté mi pierna, y le dí en sus partes intimas a Marco, derribandolo al suelo en un solo golpe. Cogí la piedra como planeé anteriormente, y la impulsé a la cabeza de Derek. Dí en el clavo, éste, inconsciente cayó al suelo. Al igual que su amigo. Buén golpe, me felicité. Rapidamente me arrodillé ante la chica que estaba amordazada con las cuerdas; las desaté y me dispuse a amordazar a aquellos dos. Apreté con fuerza, para que no pudieran soltarse facilmente. Y me levanté, suspirando, contenta por la "obra de arte". Draco apareció a mi lado, y se quedó mirando a los dos incoscientes.
- Bién amordazados, aunque tu golpe con la piedra no fué certero. Poco más y me roza a mi- Se echó a reir, y me fastidió. Le miré con odio, y le saque la lengua, en modo burla.
-No tenías que haber venido, no te necesitaba.
- Vaya...la bienvenida que me diste no se parece en nada a lo que dices, ví como sonreias, mientras decias mi nombre.- Me ruboricé, por suerte la noche ya había caído y no se podía notar la rojez en mi rostro.
-Déjame en paz
-Vale, me voy
-NO...-Lo dije sin pensar- Ayúdame a llevarlas a mi casa...
-Reconócelo, me necesitas
-No pienso reconocer nada- Burlonamente se rió, esto abrió las puertas de mi enfado, haciendo que mis dientes rechinaran. Era insoportable este hombre, aunque...me había salvado...por cierto...¿cómo llegó hasta allí?, ¿cómo sabía dónde estaba?...¿qué hacia a esas horas en el bosque?...tenía un mar de preguntas...y él solo sabía la respuesta, aunque jamás le preguntaria...para que no pensara que me importaba...en fín...El llevaba entre sus brazos a la joven del agua, y yo a la amordazada. Parecía muda, no quería hablar lo mas mínimo...era comprensible. En ocasiones miraba al frente y veía como Draco y Glace se miraban. No daba buena impresión a decir verdad...Porfín llegamos a la casa, ya era hora...eran las 10:28 de la noche. Una vez allí me dieron paso para abrir la puerta trasera. Giré una y otra vez la llave. La puerta se abrió a nuestros pies, pero hubo otra cosa que también...
A nuestros pies se derrumbó la chica amordazada, "maldita sea" exclamé. Me agaché ante ella y la cogí por los costados, la verdad es que pesaba poco.
-Marco sal del tronco, y sujeta a esta individua- El maldito bastardo tenía un amigo tras un árbol, le llamó y éste, obediente, me sujetó cómo anteriormente lo hizo él.
-No le hagas daño- Chillé con todas mis fuerzas, temía por su vida, ya que sus intenciones parecían ser capaces de acabar con su vida. Marco me tapaba la boca, para que no pudiera decir nada. Aún asi lo intenté...
-Aquí me tienes Derek...- Draco me miró, y sonrió. Ofreció su cuerpo a la tortura, de Derek...éste malicioso, sonrió mientras aferraba el palo entre sus manos. No me podía quedar quieta. Ahora no. Asestó su primer golpe contra el estómago de Draco, sentí el daño...el sufrimiento de él pasó a mi ser. Dos lágrimas se desbordaron, dejando paso a mis sentimientos. "Vamos Jane, piensa piensa..." me dije mientras usmeaba por el suelo en busca de algún artefacto arrojable. Bingo, una piedra a mis pies. Ahora solo quedaba zafarme de los brazos de Marco, coger la piedra con la mayor rapidez posible y lanzársela a Derek, apuntando bién, claro está. ¿Dónde está Glace?, me pregunté. Le pude divisar a lo lejos, ayudando a la chica que casi se ahoga. Levanté mi pierna, y le dí en sus partes intimas a Marco, derribandolo al suelo en un solo golpe. Cogí la piedra como planeé anteriormente, y la impulsé a la cabeza de Derek. Dí en el clavo, éste, inconsciente cayó al suelo. Al igual que su amigo. Buén golpe, me felicité. Rapidamente me arrodillé ante la chica que estaba amordazada con las cuerdas; las desaté y me dispuse a amordazar a aquellos dos. Apreté con fuerza, para que no pudieran soltarse facilmente. Y me levanté, suspirando, contenta por la "obra de arte". Draco apareció a mi lado, y se quedó mirando a los dos incoscientes.
- Bién amordazados, aunque tu golpe con la piedra no fué certero. Poco más y me roza a mi- Se echó a reir, y me fastidió. Le miré con odio, y le saque la lengua, en modo burla.
-No tenías que haber venido, no te necesitaba.
- Vaya...la bienvenida que me diste no se parece en nada a lo que dices, ví como sonreias, mientras decias mi nombre.- Me ruboricé, por suerte la noche ya había caído y no se podía notar la rojez en mi rostro.
-Déjame en paz
-Vale, me voy
-NO...-Lo dije sin pensar- Ayúdame a llevarlas a mi casa...
-Reconócelo, me necesitas
-No pienso reconocer nada- Burlonamente se rió, esto abrió las puertas de mi enfado, haciendo que mis dientes rechinaran. Era insoportable este hombre, aunque...me había salvado...por cierto...¿cómo llegó hasta allí?, ¿cómo sabía dónde estaba?...¿qué hacia a esas horas en el bosque?...tenía un mar de preguntas...y él solo sabía la respuesta, aunque jamás le preguntaria...para que no pensara que me importaba...en fín...El llevaba entre sus brazos a la joven del agua, y yo a la amordazada. Parecía muda, no quería hablar lo mas mínimo...era comprensible. En ocasiones miraba al frente y veía como Draco y Glace se miraban. No daba buena impresión a decir verdad...Porfín llegamos a la casa, ya era hora...eran las 10:28 de la noche. Una vez allí me dieron paso para abrir la puerta trasera. Giré una y otra vez la llave. La puerta se abrió a nuestros pies, pero hubo otra cosa que también...
A nuestros pies se derrumbó la chica amordazada, "maldita sea" exclamé. Me agaché ante ella y la cogí por los costados, la verdad es que pesaba poco.
myhappyending- Neófito
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Re: - Cinco almas, cinco ángeles.
Queda mucho para saber mas cosas??? me siento muy intrigada
quiero saber quiero sabeeer
Esque ahora si que tengo preguntillas en la cabeza, como ella. Quienes serán las chicas?
quiero saber quiero sabeeer
Esque ahora si que tengo preguntillas en la cabeza, como ella. Quienes serán las chicas?
Bea_J- Vampiro padawan
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Re: - Cinco almas, cinco ángeles.
xD! No queda mucho para descubrirlo
myhappyending- Neófito
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Re: - Cinco almas, cinco ángeles.
*Se muerde las uñas nerviosa* no puedo dormir! xD
Bea_J- Vampiro padawan
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Re: - Cinco almas, cinco ángeles.
-Drake, túmbala en el sofá.- Le insté. Examinaría detenivamente el conducto de sus pulmones, para comprobar si aún quedaba algún resto de agua. Después tendría que ducharla ya que el olor a lago es insoportable. Miré el reloj pensativa, ¿cuánto tiempo me llevaría hacerlo?...daba igual, ahora el tiempo no valía la pena, lo importante era curarlas y cuidarlas, hasta que estuvieran bién.
-Sólo sabes mandar eh...- Dijo burlonamente. "Otra vez?" me dije, éste hombre me saca de quicio, es insoportable. Y su sonrisa...que se cree que me va a ablandar con ella o qué?. Fruncí el ceño. Y el se echó a reir, cómo si hubiera leido cada uno de mis pensamientos. Fuí tras el sofá, para convertirlo en cama, para mas comodidad, tanto para ella como para mi. Me senté a su lado, en la otra parte del sofá, y con las yemas de mis dedos empecé a recorrer el camino hacia sus pulmones, que pocierto...estaban atascados. Tras esto, expulsó todo el aire sobrante, pero aún seguía incosciente. Suspiré aliviada, ya que su pulso mejoró. "Buen trabajo" me dije.
-Buen trabajo- Repitió Draco. Le miré desconcertada, "¿acaso lees mis pensamientos?" intenté decirle telepaticamente. Le sonreí, sus ojos estaban posados en ella, pensativos, y preocupados.
-Todo va a salir bién, no te preocupes- Le dije para consolar su mirada
-Confio en tí- Me ruboricé interiormente, sin mostrar los síntomas al exterior. "Deja de ruborizarte pero ya", me obligué, y así lo hice. Me aclaré la garganta distraida, y me dispuse a levantar a la chica. El sonrió
-¿Qué pasa?
-Crees que vas a poder con ella?- Dijo mientras se carcajeaba
-Pues claro que sí- Le miré con los ojos semicerrados, ¿pero que se cree este?. Cargaré con ella hasta el baño de arriba (que porcierto, no sabía dónde estaba). Y después le diré, ¿con que no puedo con ella eh?. Sonreí maleficamente, degustando mi futuro plan de dejarle mal. Con todas mis fuerzas la sostuve en mis brazos. "Maldita sea, cómo pesa". Me quejé interiormente, miré a las escaleras, no aguantaría mucho con ella en mis brazos. Es más...a medio salón me paré.
-¿Qué haces quieto?,¡echame una mano!
-Pero si puedes tu solita
-Te lo estoy diciendo por las buenas...
-¿Cómo es por las malas?- Se echó a reir. Y yo le miré, estaba recostado en el sofá, mirandome...esa mirada felina...te obligaba a no desviarle la mirada...desvié la mirada, lo conseguí.
-Vale...- Me enfadé, miré al frente y cuándo estuve apunto de dar un paso más, sus brazos sujetaron los mios, bordeando mi cuerpo. Me estremecí, sentía su calor en mi piel. Su piel...cálida...no quería separarme..."quédate quieto", le rogué sin palabras, cerré los ojos...se estaba tan bién entre sus brazos...
-Quítate...- Aún así, le pedí que se apartara, guardándole rencor por su "gran ayuda". Él, dulcemente me la quitó de los brazos...miré al suelo, y anduve deprisa, guiándole hacia el baño.
-Métela en la bañere- Le indiqué. Al instante de haberla metido en la bañera, le posé la mano en el pecho, echándole fuera del baño. Con el ceño aún fruncido, seguía enfadada. Ahora estabamos uno en frente de otro, con una pequeña diferencia, él estaba fuera y yo dentro, aunque la puerta no estaba cerrada. La cerré enfurruñada, pero él la detuvo con el pie.
-Quita el pie.- Le obligué
-No
-Que lo hagas
-Que no - Se acercó a mi, y nuestros rostros estaban a centímetros. Intenté cerrar la puerta...pero, cómo no, su fuerza era aún mayor.
-Q..
-Lo siento... - Me dijo apenado, a mi no me dió tiempo a pedirle que se quitara, su voz me detuvo. Le miré a los ojos fijamente. Me vi reflejada en ellos...eran preciosos.
-Sólo sabes mandar eh...- Dijo burlonamente. "Otra vez?" me dije, éste hombre me saca de quicio, es insoportable. Y su sonrisa...que se cree que me va a ablandar con ella o qué?. Fruncí el ceño. Y el se echó a reir, cómo si hubiera leido cada uno de mis pensamientos. Fuí tras el sofá, para convertirlo en cama, para mas comodidad, tanto para ella como para mi. Me senté a su lado, en la otra parte del sofá, y con las yemas de mis dedos empecé a recorrer el camino hacia sus pulmones, que pocierto...estaban atascados. Tras esto, expulsó todo el aire sobrante, pero aún seguía incosciente. Suspiré aliviada, ya que su pulso mejoró. "Buen trabajo" me dije.
-Buen trabajo- Repitió Draco. Le miré desconcertada, "¿acaso lees mis pensamientos?" intenté decirle telepaticamente. Le sonreí, sus ojos estaban posados en ella, pensativos, y preocupados.
-Todo va a salir bién, no te preocupes- Le dije para consolar su mirada
-Confio en tí- Me ruboricé interiormente, sin mostrar los síntomas al exterior. "Deja de ruborizarte pero ya", me obligué, y así lo hice. Me aclaré la garganta distraida, y me dispuse a levantar a la chica. El sonrió
-¿Qué pasa?
-Crees que vas a poder con ella?- Dijo mientras se carcajeaba
-Pues claro que sí- Le miré con los ojos semicerrados, ¿pero que se cree este?. Cargaré con ella hasta el baño de arriba (que porcierto, no sabía dónde estaba). Y después le diré, ¿con que no puedo con ella eh?. Sonreí maleficamente, degustando mi futuro plan de dejarle mal. Con todas mis fuerzas la sostuve en mis brazos. "Maldita sea, cómo pesa". Me quejé interiormente, miré a las escaleras, no aguantaría mucho con ella en mis brazos. Es más...a medio salón me paré.
-¿Qué haces quieto?,¡echame una mano!
-Pero si puedes tu solita
-Te lo estoy diciendo por las buenas...
-¿Cómo es por las malas?- Se echó a reir. Y yo le miré, estaba recostado en el sofá, mirandome...esa mirada felina...te obligaba a no desviarle la mirada...desvié la mirada, lo conseguí.
-Vale...- Me enfadé, miré al frente y cuándo estuve apunto de dar un paso más, sus brazos sujetaron los mios, bordeando mi cuerpo. Me estremecí, sentía su calor en mi piel. Su piel...cálida...no quería separarme..."quédate quieto", le rogué sin palabras, cerré los ojos...se estaba tan bién entre sus brazos...
-Quítate...- Aún así, le pedí que se apartara, guardándole rencor por su "gran ayuda". Él, dulcemente me la quitó de los brazos...miré al suelo, y anduve deprisa, guiándole hacia el baño.
-Métela en la bañere- Le indiqué. Al instante de haberla metido en la bañera, le posé la mano en el pecho, echándole fuera del baño. Con el ceño aún fruncido, seguía enfadada. Ahora estabamos uno en frente de otro, con una pequeña diferencia, él estaba fuera y yo dentro, aunque la puerta no estaba cerrada. La cerré enfurruñada, pero él la detuvo con el pie.
-Quita el pie.- Le obligué
-No
-Que lo hagas
-Que no - Se acercó a mi, y nuestros rostros estaban a centímetros. Intenté cerrar la puerta...pero, cómo no, su fuerza era aún mayor.
-Q..
-Lo siento... - Me dijo apenado, a mi no me dió tiempo a pedirle que se quitara, su voz me detuvo. Le miré a los ojos fijamente. Me vi reflejada en ellos...eran preciosos.
myhappyending- Neófito
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Re: - Cinco almas, cinco ángeles.
¿Que pasó ahí? , la encerró, la besó... quee...
Es que... ya se sabia, que algo habia hay xD ese chaval es especial, está claroo xDDD
Es que... ya se sabia, que algo habia hay xD ese chaval es especial, está claroo xDDD
Bea_J- Vampiro padawan
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Re: - Cinco almas, cinco ángeles.
Eran de un color azul oscuro, con tonos azabache. De pronto desvié la vista a sus labios, que fruncian una sonrisa...con sus labios..la parte superior fina y la inferior carnosa...era perfecto. También le inspeccioné el pelo, color cobre, como el mio. Aunque el suyo tiraba un poco mas hacia chocolate. Y por último su piel...me detuve en seco... era tan pálido...y a la vez tan cálido. Me recordaba a un ángel...siempre protegiendo, incluso en los momentos mas inesperados...me pedía perdón por no haberme ayudado a llevar a la chica hasta el baño, y...aunque lo deseara con todas mis fuerzas...era incapaz decirle que no le perdonaba. Miré al suelo, ruborizada...y percibí sus ojos posados en mi tez. Examinándola, cómo anteriormente yo hice con la suya...y dejé que un suspiro volaría hasta sus ojos.
-No te pienso perdonar
-Porqué?- Acaso tenía yo motivo alguno para no hacerlo?, estaba un poco enfurruñada, pero no era para tanto. Al fin y al cabo el la había llevado hasta el baño.
-Porque no quiero
-Ese no es un motivo
-Si lo es
-No es suficiente
-Oh, dios. Vale te perdono, ¿ya está?¿contento?...
-Mucho - Sonrió enseñando los dientes. No pude evitar fruncir una sonrisa, me la había robado con su manera de ser. ¿Qué mas me había robado?...quién sabe...
-¡Has sonreido!- Exclamó
-Sí...- Carcajee levemente, estaba agotada, no tenía ni fuerzas para estar enfadada...y menos con él. A pesar de que siempre me sacaba de mis casillas de la manera mas sencilla posible.
-Me vas a dejar cerrar la puerta?- Le pregunté en tono cariñoso
-Si me prometes bajar rápido
-¿Para qué?
-Quiero estar contigo - Agachó la cabeza, y se fué hacia las escaleras. Inmediatamente cerré la puerta, la sujeté con mis manos, de espaldas. Miré al techo y suspiré, y me salió una carcajada tontorrona...seguidamente me invadieron las mariposas del estómago, y cuándo me miré al espejo estaba mas roja que un tomate. Mucho mas roja. Incluso mas roja que el traje del famoso Papa Noël. En fín...me dirigí a la bañera, y arrebate con delicadeza la ropa de la chica, dejando al descubierto su cuerpo, pálido. Metí la ropa al cesto, para después lavarla. Encendí la ducha, con agua caliente, no quería matarla de hipotermia. La verdad esque...no me gustaba la idea de estar bañando a otra persona, era un poco vergonzoso...pero todo era por su bién. La enjaboné su melena, rubia, era un rubio frío, en la gama de los blancos. La aclaré el pelo, tapándola los ojos, para que no la entrara el shampoo. La dejé posada en la bañera, me aclaré las manos y salí en busca de algo de ropa para ella. Sería tontería ponerla la misma que traía. Bajé por las escaleras, y me arrodillé ante la maleta, que aún estaba posada en la entrada. Y saqué de ella una camiseta azul cielo, un pantalón de pijama a cuadros en las diversas gamas del azul y para finalizar el conjunto una sudadera azul marino. Draco estaba sentado en el sofá mirando la TV, en compañía de Glace. Les miré...ambos con la misma postura...sonreí a pesar de la ausencia de sus miradas en mí. Me encantaba tenerles a los dos en la casa. Suspiré, de alegría y subí las escaleras, con cuidado de no tropezarme, a pesar de que no era torpe. Cerré la puerta del baño con el pie, y me dispuse a sentarla en una silla, para poder secarla el pelo. Anteriormente la enrollé con una toalla color negro, que hacía un gran contraste con su tono de piel. Una vez sentada, la pasé una toalla por encima del pelo, para quitar los restos del agua. La coloqué sobre sus hombros y encendí el secador. Una vez hube acabado la desenredé el pelo con delicadeza, no sentiría los tirones, pero aún así no quería hacerla ningún daño. Su flequillo estaba desaliñado, asi que decidí sin su permiso retocárselo. Cogí el mechón de pelo y lo recorte hacia abajo, dejandolo escalonado. "Vaya obra" me dije, me había quedado muy bién, es más, la favorecía un montón. Ya que su carita era pequeña y dulce...era preciosa. Parecía una muñequita, su carita..su palidez...sus rasgos en general, ya que también era delgadísima...aparentaba ser tan delicada...MAldita sea, dije....se me había olvidado la ropa interior para ella. Abrí la puerta rapidamente, y corrí en dirección a las escaleras, bajandolas de 4 en 4.
-¿Y esas zancadas?
-A ti que te importa- Le respondí bruscamente, pero con tono vacilón. Cogí la ropa interior que tenía sin estrenar, todavía guardada en sus respectivas cajitas de cartón. "Así será mas higiénico" pensé. Estaba en lo cierto, luego ella se la quedaría para siempre. Subí otra vez las escaleras, esta vez de 2 en 2. Para evitar alguna caida tonta. Cerré de un portazo, y comencé a vestirla, desde los pies. La tuve que apretar un poco los pantalones, ya que la estaban grandes. Su cintura era un poco pequeña para mi talla de pantalón. La coloqué la camiseta, y después para finalizar, la sudadera. Estaba echa toda una dormilona. Reí dulcemente, tras ver lo graciosa que estaba con una ropa tan grande.
-No te pienso perdonar
-Porqué?- Acaso tenía yo motivo alguno para no hacerlo?, estaba un poco enfurruñada, pero no era para tanto. Al fin y al cabo el la había llevado hasta el baño.
-Porque no quiero
-Ese no es un motivo
-Si lo es
-No es suficiente
-Oh, dios. Vale te perdono, ¿ya está?¿contento?...
-Mucho - Sonrió enseñando los dientes. No pude evitar fruncir una sonrisa, me la había robado con su manera de ser. ¿Qué mas me había robado?...quién sabe...
-¡Has sonreido!- Exclamó
-Sí...- Carcajee levemente, estaba agotada, no tenía ni fuerzas para estar enfadada...y menos con él. A pesar de que siempre me sacaba de mis casillas de la manera mas sencilla posible.
-Me vas a dejar cerrar la puerta?- Le pregunté en tono cariñoso
-Si me prometes bajar rápido
-¿Para qué?
-Quiero estar contigo - Agachó la cabeza, y se fué hacia las escaleras. Inmediatamente cerré la puerta, la sujeté con mis manos, de espaldas. Miré al techo y suspiré, y me salió una carcajada tontorrona...seguidamente me invadieron las mariposas del estómago, y cuándo me miré al espejo estaba mas roja que un tomate. Mucho mas roja. Incluso mas roja que el traje del famoso Papa Noël. En fín...me dirigí a la bañera, y arrebate con delicadeza la ropa de la chica, dejando al descubierto su cuerpo, pálido. Metí la ropa al cesto, para después lavarla. Encendí la ducha, con agua caliente, no quería matarla de hipotermia. La verdad esque...no me gustaba la idea de estar bañando a otra persona, era un poco vergonzoso...pero todo era por su bién. La enjaboné su melena, rubia, era un rubio frío, en la gama de los blancos. La aclaré el pelo, tapándola los ojos, para que no la entrara el shampoo. La dejé posada en la bañera, me aclaré las manos y salí en busca de algo de ropa para ella. Sería tontería ponerla la misma que traía. Bajé por las escaleras, y me arrodillé ante la maleta, que aún estaba posada en la entrada. Y saqué de ella una camiseta azul cielo, un pantalón de pijama a cuadros en las diversas gamas del azul y para finalizar el conjunto una sudadera azul marino. Draco estaba sentado en el sofá mirando la TV, en compañía de Glace. Les miré...ambos con la misma postura...sonreí a pesar de la ausencia de sus miradas en mí. Me encantaba tenerles a los dos en la casa. Suspiré, de alegría y subí las escaleras, con cuidado de no tropezarme, a pesar de que no era torpe. Cerré la puerta del baño con el pie, y me dispuse a sentarla en una silla, para poder secarla el pelo. Anteriormente la enrollé con una toalla color negro, que hacía un gran contraste con su tono de piel. Una vez sentada, la pasé una toalla por encima del pelo, para quitar los restos del agua. La coloqué sobre sus hombros y encendí el secador. Una vez hube acabado la desenredé el pelo con delicadeza, no sentiría los tirones, pero aún así no quería hacerla ningún daño. Su flequillo estaba desaliñado, asi que decidí sin su permiso retocárselo. Cogí el mechón de pelo y lo recorte hacia abajo, dejandolo escalonado. "Vaya obra" me dije, me había quedado muy bién, es más, la favorecía un montón. Ya que su carita era pequeña y dulce...era preciosa. Parecía una muñequita, su carita..su palidez...sus rasgos en general, ya que también era delgadísima...aparentaba ser tan delicada...MAldita sea, dije....se me había olvidado la ropa interior para ella. Abrí la puerta rapidamente, y corrí en dirección a las escaleras, bajandolas de 4 en 4.
-¿Y esas zancadas?
-A ti que te importa- Le respondí bruscamente, pero con tono vacilón. Cogí la ropa interior que tenía sin estrenar, todavía guardada en sus respectivas cajitas de cartón. "Así será mas higiénico" pensé. Estaba en lo cierto, luego ella se la quedaría para siempre. Subí otra vez las escaleras, esta vez de 2 en 2. Para evitar alguna caida tonta. Cerré de un portazo, y comencé a vestirla, desde los pies. La tuve que apretar un poco los pantalones, ya que la estaban grandes. Su cintura era un poco pequeña para mi talla de pantalón. La coloqué la camiseta, y después para finalizar, la sudadera. Estaba echa toda una dormilona. Reí dulcemente, tras ver lo graciosa que estaba con una ropa tan grande.
myhappyending- Neófito
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Re: - Cinco almas, cinco ángeles.
Omfg, Dracooooo. Le estoy pillando cariño al tio ese xDDDDDD es guay, es como Jacobo (L)
Re: - Cinco almas, cinco ángeles.
-DRAKEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE- Le exclamé para que subiría. No hubo respuesta; aún así esperé unos instantes, quizá tardaría un poco. Nada. No aparecía. Volví a chillar su nombre, en un tono mas alto, quizá así me oiría. Esta vez esperé un minuto, pero seguí sin subir. Enfurruñada completamente, anduve hacia la puerta, tiré del pomo con fuerza, y al salir...
"Tierra trágame tierra trágame tierra trágame..." me dije 25000000 veces en un segundo. Nada mas abrir la puerta y salir precipitada tropecé con el único obstaculo con el que jamás desearía tropezar, con Draco. Caimos al suelo, yo entre sus brazos y el entre los mios. Me sonrojé, demasiado a decir verdad. Me aparté de él y me levanté lo mas rápido que pude.
-Levántate- Le dije mirando al suelo, para que así no pudiera notar el color rojo de mi rostro.
-Pero que torpe que eres - Esto lo dijo entre sonrisas y carcajadas. Yo mientras tanto seguí ruborizada y cabizbaja, ¿cómo podía estar tan tranquilo?, me pregunté.
-Déjame en paz. Ayu...
-No no, tranquila te dejo en paz - Salió por la puerta, y consiguió una vez más sacarme de mis casillas. Gritando su nombre salí corriendo por la puerta. Y...sorpresa, me caí otra vez entre sus brazos, pero esta vez no aparecí en el suelo...el me sujetaba. Se había puesto a propósito, estaba segura.
-Una vez más entre mis brazos...- Dijo mientras me enroscaba dulcemente con ellos.
-Lo has hecho a posta - Le acusé enfurruñada, cómo siempre.
-Dirás que eres tú la que ha caido entre mis brazos a posta - Me replicó, estaba consumida. Siempre quería tener la razón en todo, y yo siempre la tenía. Pero..en esta ocasión no importaba, estaba muy agusto entre sus brazos, no lo había hecho a posta, pero aún así...me encantaba.
-Bueno, suéltame ya.- Le dije en tono imperativo, el ni se inmutó. Paso de mi voz, cómo si no hubiera oído nada de nada.
-La que no me suelta es usted - Me ruboricé, tenía razón en parte. Yo no le quería soltar a él y él tampoco quería soltarme a mí. Estabamos en paz; por ahora. Me desabroché de sus brazos, y le miré con desdén.
-Ayúdame a llevarla...
-Dijiste que te dejara en paz, tus deseos son ordenes
-Entonces llévala hasta el dormitorio - Le cazé, dijo que mis deseos era ordenes no?, pues no se iría de la habitación sin la muñequita entre sus brazos.
-Vale... - Rezongó unos instantes, pero la cogió. Entre en un dormitorio, pero no me convenció. Entré en otro y tampoco...cuándo abrí la siguiente habitación me pareció perfecta. Tenía dos camas, una para cada una. Ya que me temía que por lo menos hoy pasarían la noche conmigo. Sus estados físicos las impedirian ir a alguna parte. Abrí las sábanas, y el la introdujo en la cama con delicadeza. La tapé cariñosamente y ambos nos fuimos, a buscar a la otra chica. "Espero que te recuperes pronto" la susurré mientras apagaba la luz de el dormitorio. Dejé la puerta entreabierta y bajé con Drake las escaleras.
-Qué dulce eres - Dijo sonriendo
-Gracias.
"Tierra trágame tierra trágame tierra trágame..." me dije 25000000 veces en un segundo. Nada mas abrir la puerta y salir precipitada tropecé con el único obstaculo con el que jamás desearía tropezar, con Draco. Caimos al suelo, yo entre sus brazos y el entre los mios. Me sonrojé, demasiado a decir verdad. Me aparté de él y me levanté lo mas rápido que pude.
-Levántate- Le dije mirando al suelo, para que así no pudiera notar el color rojo de mi rostro.
-Pero que torpe que eres - Esto lo dijo entre sonrisas y carcajadas. Yo mientras tanto seguí ruborizada y cabizbaja, ¿cómo podía estar tan tranquilo?, me pregunté.
-Déjame en paz. Ayu...
-No no, tranquila te dejo en paz - Salió por la puerta, y consiguió una vez más sacarme de mis casillas. Gritando su nombre salí corriendo por la puerta. Y...sorpresa, me caí otra vez entre sus brazos, pero esta vez no aparecí en el suelo...el me sujetaba. Se había puesto a propósito, estaba segura.
-Una vez más entre mis brazos...- Dijo mientras me enroscaba dulcemente con ellos.
-Lo has hecho a posta - Le acusé enfurruñada, cómo siempre.
-Dirás que eres tú la que ha caido entre mis brazos a posta - Me replicó, estaba consumida. Siempre quería tener la razón en todo, y yo siempre la tenía. Pero..en esta ocasión no importaba, estaba muy agusto entre sus brazos, no lo había hecho a posta, pero aún así...me encantaba.
-Bueno, suéltame ya.- Le dije en tono imperativo, el ni se inmutó. Paso de mi voz, cómo si no hubiera oído nada de nada.
-La que no me suelta es usted - Me ruboricé, tenía razón en parte. Yo no le quería soltar a él y él tampoco quería soltarme a mí. Estabamos en paz; por ahora. Me desabroché de sus brazos, y le miré con desdén.
-Ayúdame a llevarla...
-Dijiste que te dejara en paz, tus deseos son ordenes
-Entonces llévala hasta el dormitorio - Le cazé, dijo que mis deseos era ordenes no?, pues no se iría de la habitación sin la muñequita entre sus brazos.
-Vale... - Rezongó unos instantes, pero la cogió. Entre en un dormitorio, pero no me convenció. Entré en otro y tampoco...cuándo abrí la siguiente habitación me pareció perfecta. Tenía dos camas, una para cada una. Ya que me temía que por lo menos hoy pasarían la noche conmigo. Sus estados físicos las impedirian ir a alguna parte. Abrí las sábanas, y el la introdujo en la cama con delicadeza. La tapé cariñosamente y ambos nos fuimos, a buscar a la otra chica. "Espero que te recuperes pronto" la susurré mientras apagaba la luz de el dormitorio. Dejé la puerta entreabierta y bajé con Drake las escaleras.
-Qué dulce eres - Dijo sonriendo
-Gracias.
myhappyending- Neófito
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