"Another love Story"

Abro topic jeje cada vez ago mas cosas en este foro me alegro de ir "prosperando"
bueno en fin... espero que os guste ^^
No es de crepúsculo pero es de amor, bueno lo de siempre jeje
hay os lo dejo, ire poniendo capitulos poco a poco.

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Donde acaba una historia
siempre queda un vacío,
los recuerdos en una triste memoria
y el inicio de un olvido.

¿Qué es el amor?
¿Es jurarse amor eterno,
darse un beso y después decir adiós?

¿Qué es olvidar?
¿Es decir que no lo amas,
derramar algunas lágrimas
y prometer ya no llorar?

Amar; es sufrimiento
olvidar; es huir de tu realidad
pero... ¿Qué es el amor?
el amor; es dolor
para poder amar,
una lágrima tienes que derramar...


Prólogo

Era un día de lluvia como otro cualquiera, ya que era normal que lloviese casi todos los días. La gente caminaba por la calle con sus paraguas, todos tenían un lugar a donde ir y un tiempo que parecía desaparecer como el agua de la lluvia por las alcantarillas de la calle. Yo me iba mojando porque no tenía paraguas, pero eso no me importaba, no tenía rumbo, no sabía adónde me dirigía. Seguía pensando en mis problemas y escuchando la música de mi mp3. Había salido a dar un paseo para olvidarme de todo pero me parecía imposible dejar de recordar lo que había pasado una y otra vez. Lo podía ver todo tan claro, pero a la vez tan borroso, ya no sabía qué hacer para quitármelo de la cabeza. Todo había pasado tan rápido. Él se había ido, me había dejado así porque si, no había dejado ninguna nota, no había dejado nada, ni siquiera su ropa, todo había desaparecido con él.
Los días siguientes a este suceso los había pasado en casa, puesto que hacía un tiempo espantoso para salir fuera y yo no estaba de humor para hablar con los vecinos que se acercaban a preguntar adónde había ido Bill. Cada día yo me hacía esa pregunta y eso era suficiente, no hacía falta que ellos me lo recordaran continuamente.
Jessica, mi mejor amiga, había ido a visitarme en cuanto se hubo enterado. Intento ayudarme diciéndome que Bill volvería, que solo se había ido unos días para reflexionar sobre nuestra relación, pero yo sabía perfectamente que si hubiese sido así me habría llamado. ¿Por qué había tenido que irse? ¿Por qué no había dejado ninguna nota? ¿Por qué no había llamado?
Sabía que nuestra relación no estaba muy bien desde hacía ya unas semanas porque cada vez nos veíamos menos por eso de los horarios de trabajo. Él trabajaba de bombero, a turnos, y yo trabajaba en una empresa constructora, como arquitecto. Puesto que él trabajaba a turnos, a veces estaba por la noche y por la mañana no y viceversa, y yo siempre traía trabajo a casa, con lo cual no teníamos mucho tiempo para nosotros.
El único recuerdo que me quedaba de Bill era la foto que estaba encima de la mesita del salón en la que salíamos haciendo el tonto, él sacaba la lengua en mi dirección y yo, con su cabeza pegada a la mía, le miraba por el rabillo del ojo y sonreía. Aquel había sido un día increíble. Habíamos ido a la feria, nos habíamos montado en algunas de las atracciones, luego habíamos ido a dar una vuelta por el puerto y por último habíamos ido a cenar al restaurante chino que estaba a unas manzanas de nuestra casa. Nunca olvidaré lo que me dijo cuando terminamos de cenar. Fueron las más hermosas palabras que podría a ver oído en mi vida; “te quiero”. En ese momento supe que me quería de verdad, porque no fue un simple “te quiero” para quedar bien, no, fue un “te quiero”, como si lo hubiera dicho con el más puro de sus sentimientos. También recuerdo que después de esas palabras yo me había dedicado a sonreírle, muy sonrojada por la vergüenza. A veces me pregunto si haberle respondido con otro “te quiero” habría cambiado las cosas, ya que a partir de ese día empezó a distanciarse de mí. ¿Y si ese había sido el motivo de su marcha?
Acababa de caer en la cuenta de que yo podía haberle llamado para así aclarar las cosas. Muy decidida cogí el teléfono y marqué su número. Dio señal. Sonó una vez, y otra, y otra, y otra… pero no lo cogió. ¿Le habría pasado algo? ¿O simplemente no quería cogérmelo?
Seguían pasando los días y aun no sabía nada de Bill. Ya había pasado una semana desde que se había ido. Decidí olvidarme del asunto y seguir para adelante con mi vida, pero eso fue más difícil de lo que pensaba.

Con noticias

Cuando ya había dado por perdida la idea de tener noticias de Bill pasó algo que me hizo reflexionar sobre adónde habría ido.
Encontré una nota suya debajo del teclado del ordenador. Esta decía así:

Querida Susan:
Siento haberme ido así, sin dejar ni rastro, pero no tenía otro remedio. No puedo contarte mucho más, por miedo a que te pueda pasar algo. Tuve que irme de nuestra casa a un lugar bastante alejado, no te puedo decir nada más, pero algún día lo sabrás. Otra cosa, te llamaré, no sé cuándo, pero lo haré. No intentes llamarme, no lo cogería. Sé que te sientes perdida ahora pero no te preocupes. Jamás se pierde nada ni se puede perder. Sólo quería recordarte lo mucho que te quiero y que nunca, jamás, te olvidaré.
No te preocupes por mí, estaré bien.
Te quiere mucho. Bill.
P.D: tienes que quemar esta carta, nadie la puede leer, ¿vale? Siento que mi último recuerdo deba ser destruido pero por favor, hazlo, no quiero que te pase nada. Si alguien te pregunta por mí, dile que no sabes nada.

Cuando terminé de leer la carta no pude contenerme y me eché a llorar. ¿Adónde había ido? ¿Por qué tanto secretismo? ¿Le iba a pasar algo malo? No, eso no. Él decía en la carta que estaría bien. No le podía pasar nada ¿verdad?

Pasaron las horas y yo seguía sollozando y dándole vueltas al asunto. Me acababa de acordar de que no había hecho lo que me pedía, así que me levanté del sofá y me dirigí a la cocina. Cogí un mechero, pero antes de quemar la carta la leí una vez más.
<< no quiero que te pase nada. >>
Esa frase seguía resonando en mi cabeza. ¿Por qué me iba a pasar algo? Yo no estaba en peligro. O al menos eso creía.
Encendiendo el mechero, quemé la carta. Cuando ya solo eran cenizas, las recogí y las tiré a la basura. Suspiré, estas cosas solo me pasaban a mí. Al día siguiente de leer la carta íbamos a cumplir 5 años juntos. Y pensar que él no iba a estar junto a mí para celebrarlo como todos los años. Al menos sabía que no se había ido por mi culpa, al menos tenía claro que algún día lo sabría todo. O eso era lo que esperaba.

Cosa de trabajo

Había decidido dejarlo pasar, olvidarme, pero esta vez me esforcé de verdad y en parte lo conseguí, ya que me solía mantener ocupada haciendo proyectos para el trabajo, limpiando la casa, hasta me había aficionado a ver series americanas en mis ratos libres. También me había tomado la libertad de irme al nuevo spa que habían abierto en las proximidades de la playa. Pero aun seguía esperando la llamada de Bill, impaciente.
Esos días, desde que encontré la carta, se me había acumulado trabajo y además me habían ofrecido un proyecto importante, lo que siempre había querido. Lo acepté, y a los pocos días de aceptarlo me dijeron que debía viajar a Tokio a una convención de arquitectos. Al principio me parecía genial eso de alejarme por una semana de mi casa y de donde todo había “terminado”. Pero entonces me acorde de él. No quería que me pasase nada, ¿aceptaría que me fuera durante unos días de casa? Aunque no se iba a enterar, qué más daba irse una semana.
El lunes, día en el que debía coger un avión en dirección Tokio, me levanté temprano y realicé los últimos preparativos. A las nueve y media llegó el taxi a recogerme y a las once ya había llegado al aeropuerto.
Cuando ya me encontraba en el avión guardando mi equipaje de mano en el compartimento que estaba encima de mi cabeza, vi a lo lejos a alguien que me resultaba familiar. Me acerqué un poco y al ver que era uno de mis compañeros de trabajo le saludé y me senté a su lado, ya que no había nadie. Estuve hablando un rato con él, me enteré de que también iba a la convención de arquitectos, así que le dije que cuando aterrizásemos que me esperara y así ir juntos al hotel en el que nos habían reservado las habitaciones.
Eran las seis de la tarde cuando el avión aterrizó, pero con eso de los cambios de horario en realidad eran las cinco de la mañana y se estaba viendo, en el horizonte, el sol salir. Me encontré con Taylor en donde habíamos quedado, cerca de la salida del aeropuerto. Pedimos un taxi, por gestos, y le pedimos en inglés que nos llevase al hotel Feng Shui. Nos bajamos del taxi, le pedimos al mozo que nos cogiese el equipaje y nos lo llevase a nuestras respectivas habitaciones, era a gastos pagados, había que disfrutar.

Ou yeaah "Another Love Story" está en el foro por fin, después de tanta insistencia por mi parte. Espero seguir siendo vip y que me pases algún spoiler por email jaja.

ooombre brenda algun adelanto si que te pasare por ahora ya sabes mas de lo que ai puesto jeje

Eso es favoritismo, cacho cerda xDD
Pues eso, a mi la historia me gusta hiciste bien en colgarla xDDD y aver si te lee mucha gente, que parece que en este foro solo entran las mismas personas.
Te quieee Beoo

Arcoiiza. escribió:Eso es favoritismo, cacho cerda xDD
Pues eso, a mi la historia me gusta hiciste bien en colgarla xDDD y aver si te lee mucha gente, que parece que en este foro solo entran las mismas personas.
Te quieee Beoo

Tranquila, que ya verás como a partir de ahora entra más gente. Que estamos dándole bastante vidilla: tenemos varios fics, el DAP funciona más o menos, el forochat, los juegos, el fanart...

Eso espero... esto se muere, tenemos a 30 personas y solo nos metemos cuatro gatos xDD

El amor es impredecible

Era increíble, nunca antes me había fijado, pero era alto, musculoso, de piel morena, castaño, de ojos verde intenso, amable, simpático, atento, elegante… Me quedo sin elogios que darle. Taylor era perfecto en todos los aspectos. No sé que me estaba pasando pero de repente Taylor me atontaba, hacía que solo tuviera ganas de estar con él. Tampoco podía quitarme de la cabeza a Bill. Me sentía un poco culpable, pero no podía hacer nada con lo que sentía hacia Taylor.
Era el cuarto día de mi estancia en Tokio. Estaba amaneciendo y recibí una noticia. La semana que debíamos pasar se había alargado e iba durar unas dos semanas más. Me fui a desayunar al restaurante del hotel. Cuando me disponía a meterme en la boca un trozo de tostada llegó Taylor y se sentó conmigo. Casi me atraganto, pero al final logré disimularlo y tragar el trozo de tostada.
-Buenos días, ¿Qué tal has dormido hoy?- Me preguntó. Ya estábamos otra vez. Siempre tan atento.
-Bastante bien, este hotel es muy cómodo. ¿Te has enterado de que la convención se alargará dos semanas más?- Pregunté, algo tímida.
-Sí, me ha encantado la idea de poder estar aquí por más tiempo, este lugar es precioso y hay mucho que ver, así tendremos tiempo para visitarlo. Por cierto, me preguntaba… ¿Esta noche te apetece ir a cenar fuera? Como mañana por la mañana no tenemos reunión hasta casi la hora de comer me preguntaba si te apetecería venir.- Esto no me lo esperaba. Estuve a punto de volver a atragantarme. ¿Una cita? ¿Era eso una cita? Tenía que responder o le decepcionaría y eso si que no me iba a gustar nada.
-Esto… Me encantaría.- Intente mejorar mi expresión, ya que debía tener cara de imbécil por la sorpresa.- ¿A qué hora?
Se levantó de la mesa y empezó a irse.- Te lo diré en la reunión de las cinco.- Dijo con su delicada voz. Suspiré. Él ya no estaba en el restaurante.
Volví a mi habitación, decidí cambiarme de ropa para estar más cómoda en ella. Me puse unos pantalones de chándal y una sudadera sin nada debajo, porque hacía calor en la habitación. Me puse a realizar uno de los mini-trabajos que nos habían pedido para la reunión de esa tarde, cuando llamaron a la puerta. Era la señora de la limpieza. Le dije como pude que no quería que hoy entrase en mi habitación y se marchó después de una larga insistencia por mi parte. Seguí a lo mío.
Cuando miré el reloj ya eran las 5 menos cuarto. Me vestí corriendo, elegí algo elegante, pero no demasiado para no destacar. Llamar la atención no es lo mío. A las cinco, puntual como soy, estaba en la sala de reuniones. Taylor llegó un poco más tarde y se sentó en el asiento que estaba a mi lado. El conferenciante se puso a hablar.
-Good afternoon. Well, in this meeting we’re going to speak about… - ya no le escuchaba alguien más importante para mí me estaba hablando.
-A las ocho y media pasaré a buscarte a tu habitación, ¿es la número 023, verdad?- Que ojos tan bonitos tenía.
-Esto… si, si, es la 023.- Otra vez me había quedado con cara de imbécil.
-Please, don’t speak in my “business classes”- Hizo un gesto con las manos entrecomillando su frase.
-Sorry Mr. Takahashi.- Dijo Taylor poniendo su encantadora sonrisa de disculpa.
-Thank you. Well, where was I? oh yes… - Siguió hablando pero yo estaba en otro mundo, ya me hubiera costado atender en español, como para atender en inglés.
Cuando acabó la reunión eran las siete, solo tenía una hora para prepararme… ¿me daría tiempo? Soy demasiado presumida, si ya me lo decía mi madre.

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Por ahora solo tengo hasta aqui escrito, y bueno medio capitulo mas que no conoce ni brenda :muajaja: asi que taros atentos si quereis saber q pasa. El siguiente capitulo se llamara ¿de donde ha salido? solo os dire eso :wiii:
como molan los cebollas estos xD

Waaaa, molaaa. Ummm, Taylor :inlove: menamoré xDD
Tiaa, yo pensé que la pava esta vivía en Inglaterra o en EEUU. Es como se llama Susan, y el querido se llama Bill y eso. Pero nada, yo a mi rollo, que no me entero de las cosas xDD
Siguee

Yo también pensaba que era de usa jaja

bueno en realidad no vive en ningun lao porq... creo q no lo dije no? aver si se me escapo y puse gijon o algo asi...
un pequeño fallo :desolè: por lo del idioma no? jeje que fallooo...
Bueno viven en Gijón pero es en un futuro cuando los americanos invaden españa y la gente se cambia los nombres por unos americanos pero todos siguen hablando español pero son bilingues y saben ingles amedias... ^^ vamos cmo ahora

Dios Bea, qué lío me acabas de montar en la cabeza x)

Y a mi... pero una cosa me ha dejado clara: adora las onions xDD

onions?

si los iconos estos :*.*: son cebollas ^^

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Me explico...
Biografía de Susan:
Susan es una chica alta, esbelta, de cabello largo y castaño, tez palida, ojos grises y dientes perfectos (ya que cuando era una adolescente se puso aparato) Es una chica sensible, dulce, simpática aunque algo egolatra, pero siempre que se pasa egolatrandose pide disculpas ya que sabe darse cuenta, también es algo torpe, pero sabe disimularlo. De unos 28 años, nacionalidad española, aunque de padres americanos. Sabe inglés abanzado, casi como una nativa, ya que sus padres la enseñaron.
Estado actual:(antes de empezar este libro)
Vive en Asturias, (no diré donde para no tener que hablar del sitio), con su novio Bill al que conoció en una fiesta que había organizado su amiga Jessica. Jessica es la mejor amiga de Susan, la conoce desde que eran pequeñas. Jessica también trabaja en la misma empresa constructura que Susan.

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Otra pequeña explicación:
Todos tienen nombres Americanos o ingleses ya que es más comercial. xD

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Espero que esto os sirva para no liaros con la historia xD.

Okeey ya lo pillo. Me hizo gracia eso de ser más comercial jaja Y Albus las cebollitas estas son la leche x)

¿De dónde ha salido?

Me había puesto un vestido rojo, de palabra de honor, que me llegaba por encima de la rodilla. Picaron a la puerta y con una esplendida sonrisa la abrí. Que ganas tenía de salir a cenar con Taylor.
-Que guapa estas.- Dijo y yo volví a sonreír. –Bueno, ¿nos vamos?
-Si, por supuesto.
Decidimos ir andando porque el restaurante no se encontraba muy lejos. Por el camino me contó algunos detalles interesantes de su vida y yo a él de la mía. En el restaurante teníamos una mesa reservada cerca de la ventana que daba a una calle peatonal preciosa, llena de luces, de parejas cogidas de la mano, abrazadas, de familias con sus hijos, de gente feliz. Era el mejor sitio del restaurante, en mi opinión, desde allí se veía todo.
Vino el camarero y nos tomó nota. Otra vez el problema del idioma, menos mal este sabía inglés.
Yo pedí chimaki, que es pastel de arroz dulce al vapor, y él pidió dashimaki tamago, que es una tortilla. Mientras esperábamos por los platos, nos quedamos un buen rato mirando por la enorme ventana. Se giró y su mirada se clavó en mí. Yo también me giré y le miré. No pudimos contener la risa y nos empezamos a reír.
-Me encanta tu sonrisa -Dijo aun riéndose- Me gustan los hoyuelos que se te forman en las mejillas.
No sabía que decir… Como vio que yo no le iba a contestar con palabras, solo con una sonrisa, dijo algo más. Me pareció que ya había querido preguntarme eso antes.
-¿No estabas saliendo con Bill?- Noté como se me hacía un nudo en el estomago al oír el nombre de Bill.
-Si… ¿por qué lo preguntas?
-Bueno… no sé es que como… nada, por simple curiosidad.
-Un momento ¿cómo sabes que mi novio se llama Bill?, nunca te he hablado de él, o eso creo.- Estaba algo confundida.
-Bueno yo…- Suspiró y se hizo un breve silencio.- La primera vez que te vi, el año pasado en el trabajo, me pareciste una chica muy interesante, así que te estuve observando. No me malinterpretes, no soy de esos que se obsesionan con una chica. Simplemente me pareciste especial, no eras como las demás. Sé que sales con un tal Bill porque me lo dijo tu amiga Jessica, bueno, yo se lo pregunté. Me decepcioné un poco cuando lo supe.- Puso cara triste. Me dio algo de pena. –Cuando te vi en el avión me alegré muchísimo.
¿Y ahora qué? Menos mal, él prosiguió hablando así que yo no tuve que contestar.
-…hoy cuando te pregunté si querías salir a cenar y me respondiste que si, tuve la absurda idea de que aún tenía alguna oportunidad.
-Esa idea no es absurda, aún tienes alguna oportunidad, las cosas entre Bill y yo no van muy bien…
-Oh, lo siento…
-No lo sientas, son cosas que suelen pasar…
Como odio los silencios, y en ese momento hablando de aquello me molestaba aún más. Le conté lo que me había pasado con Bill y su rara desaparición. Cuando terminé llegó nuestro camarero con la comida, que olía muy bien y mejor pinta tenía.
-Thank you. Could you give me the bill, please? - Dijo Taylor.
Pegué un salto en la silla y me debí de quedar pálida, hasta se me había puesto la carne de gallina, porque justo cuando Taylor dijo “…the bill” yo me giré hacia la ventana y allí estaba ¡ÉL!
Bill estaba mirándome desde el otro lado de la ventana.

Ö Ö Bill es como la profe de música, dices su nombre (anda que vaya coincidencia también) y apareceee!!
Me gustó el capítulo, si acabarás hablando japonés cuando termines de escribirlo y todo

me alegra q t aya gustado se que es demasiado coincidencia lo de bill pero esq no se me ocurre sino como proseguir y oie lo de la profe de musica es ciertoo a mi ya me paso mas de una vez :ay...*: xDxD

Si yo digo que la coincidencia es que se llame Bill y que la cuenta sea bill también jaja. Y lo de la profe de música no se me olvidará cuando estábamos en el parchís y una de las dos dijo la palabra música y de esto que aparece la profe pasando x delante jaja

a si lo de la cuenta esq se me encindio una bombillita y me dije pos ala
voy a acer aparecer a bill ahora xD
y es verdad jo :desolè: que mala memoria sabia que habia sido contigo
pero no me acordaba de donde xD, pos eso a mi ya me paso otra
vez lo de decir el nombre de la profe o musica y que
apareciese por ahi caminando xD yo creo que tiene un radar o algo jajajajaja

Tiaaa, Bill es como la rusa xDDD que tu estabas pensando en el y aparecio de repente xDD
Y que psara at the restaurant?
Ni que decir tiene que adoro Japon y el japones asi que ya estas esforzandote y poniendo algo en japones en los capis xDDD yo te digo como se dice mandarina (mikan) narcisista (naru) y... mas cosas xDD Arigato es gracias, matta ne es hasta luego y hateru y muere O.o si, soy asi, el japones mola

mmmm... interesante jajajaja tomare nota de las palabras
y cuando tenga alguna pregunta sobre japon ya te pregunto :wiii:

Al final hablaremos todas japonés jaja. Veo que hay demasiada gente en la que pensamos y aparece, qué miedo x)

mirar el ultimo capi q puse una imagen y cambie unas cosas al final

Oh-my-God

Pestañeé una vez y cuando volví a abrir los ojos, ya no estaba. Como por arte de magia Bill se había esfumado. En su lugar, Taylor me observaba desde su asiento primero con confusión y después con cara de susto. Se levantó de su asiento y se acercó a mí alarmado.
-Susan, Susan. ¿Estás bien? Contéstame.
Intente contestarle pero me había quedado sin voz así que solo articulé los labios.
-Estas pálida, ¿qué te ha pasado?
Por fin pude hablar.
-Algo muy extraño. Me ha parecido ver a Bill al otro lado de la ventana, pero de repente ya no estaba. No puede ser que esté aquí. Me lo habré imaginado.
-No pareces estar bien. Vamos, te llevaré a casa… Bueno al hotel.
-¿Y la comida?, no la vamos a dejar aquí, no la hemos tocado.
-No te preocupes por ello, yo pagaré, ahora sólo importas tú y nada más.-Dijo tendiéndome una mano para ayudarme a levantarme.
Le hice caso. No podía decirle que no a alguien como él.
Salimos del restaurante dejando la mesa con aquella comida que en un principio me pareció tan apetitosa, pero la verdad no me apetecía quedarme, ya no tenía apetito.
Cuando llegamos al hotel el portero nos abrió y subimos a mi habitación. Abrí la puerta y me metí dentro, él se quedo fuera y yo me apoyé en el marco de la puerta.
-Gracias, por todo…-No sabía que decirle.
-Esto… de nada, no ha sido nada. Mañana me pasaré por aquí para ver como estas, ¿te parece bien?
-Bueno… yo… preferiría que…
-Entiendo, entonces no pasaré si es lo que quieres.- Dijo decepcionado
-No, no.- Grité algo alarmada, quizás un poco alto- Lo que iba a decir es… si podrías quedarte hoy conmigo. No me gustaría quedarme sola, después de haber visto… o imaginado a Bill… Me da algo de…-Dios, que vergüenza-…miedo.
Sorprendido dijo- Si, no pasa nada, me quedaré, lo entiendo.
-Gracias.-Le hice un gesto, y le invité a pasar.
Nos sentamos en el sofá. Encendí la tele, pero pronto la apagué al darme cuenta de que no me sentía cómoda y que no entendía nada de lo que decían.
Me levanté y le ofrecí algo del mini bar, pero me dijo que no le apetecía nada. Yo me di la vuelta para coger algo, cuando él se levantó y se acercó a mí por detrás.
Me dijo al oído.- Esa no es la solución.
Estaba tan cerca. Sentí en mi interior como algo me hacía cosquillas, un escalofrío me recorrió la espina dorsal. Me giré lentamente y me apoyé en el mini bar. Él estaba pegado a mí, acorralándome. Apoyó sus manos en el mini bar rozando las mías. Se acercó aun más. Solo me fijaba en sus labios y él parecía estar haciendo lo mismo. No lo pude resistir un minuto más y le besé. Al principio fue un beso suave, pero se acabó convirtiendo en un beso apasionado.
Estábamos en un hotel, era de noche, teníamos una gran cama…
A la mañana siguiente me desperté y al principio me asusté porque alguien me estaba cogiendo por la cintura, pero luego me acordé de la noche anterior, había sido… increíble.